Este libro es una publicación institucional del Club de Veleros Barlovento, en conmemoración de los 50 años de su fundación.
Coordinación general: Octavio Vélez
Investigación histórica y redacción: María Cristina de la Fuente
Colaboradores: Dora Haydée López, Laura R. Rodríguez y Mario Villamil
Fotos principales de tapa: Andrea Prediger
Fotos: Archivos de Sergio Tantanian, Arturo Tomás y CVB
Colecciones personales de:
Familias: Ancarola, Benchetrit, De Trapaga, Estol, Lassalle, Lombardo, Maraia, Sierra.
Y particulares: Graciela Broggi, Peri Brusa, Armando Cobianchi, María Cristina de la Fuente, Julián De Mare, Hugo Díaz, Heriberto Ferrara, Pedro Fiori, Juan Carlos García Dietze, Patricia Gómez, Delfina Gutiérrez, Dora López, Jorge ‘Pollo’ Maciel, Marcelo Moorgenstern, Andrea Prediger, Cristina Ricart, Ariel Simonet, Luis E. Simonet, Jorge Sos, Carlos Zuñiga.
Agradecimientos:
A Hernán ‘Hormiga Negra’ Álvarez Forn y a Sergio Tantanian por sus colaboraciones especiales. A Gladys Turner Piedra Buena por su presente: Álbum iconográfico de Luis Piedra Buena, del cual se tomaron imágenes para esta edición.
Club de Veleros Barlovento 50° aniversario Club de Veleros Barlovento – 1a ed Buenos Aires • Visor Enciclopedias Audiovisuales Cinco Ediciones y Contenidos, 2008
Producción gráfica y editorial CINCO Ediciones y Contenidos S. A.
Director editorial: Carlos Campos Salva. Editora general Patricia Bernal
Edición: Aurora Giribaldi. Edición fotográfica: Federico Campos.
Corrección: Gabriel Valeiras, Eleonora Mascaró.
Diseño de tapa y sobrecubierta: Paula Figueroa
Diseño y diagramación: Alina Talavera; María Florencia Milanese.
Tratamiento de imágenes: Santiago Quatromano.
El Club de Veleros Barlovento nace en una época de oro de la náutica argentina, cuando los náuticos se formaban y mimetizaban con la dureza y la templanza de las nobles maderas de sus barcos, en un período romántico de un país lleno de proyectos.
Los socios fundadores integraron la comisión directiva del Club Náutico Sarandí durante la presidencia de José Gallo, luego varias veces comodoro del CVB. Creado por ferroviarios, el Sarandí era un club de pescadores. El grupo liderado por Gallo quería darle un perfil más náutico, pues aspiraba a tener un mejor punto de apoyo para el desarrollo y la práctica de su deporte preferido, las regatas de veleros. Al ver que no alcanzaban su objetivo, empezaron a gestar la idea de un nuevo club.
El Club de Veleros Barlovento se yergue hoy sobre tierras acrecentadas, de origen aluvional, en la ribera interna oeste del río Luján. Según la cartografía del Servicio de Hidrografía Naval (SHN), a mediados del siglo XX el Canal Costanero del río de la Plata era canal de acceso al Luján hasta el Km. 27, frente a la desembocadura del Canal Vinculación, cuya margen sur bañaba una incipiente isla, aluvión madre de la que hoy se conoce como isla Nazar Anchorena o isla B del CNSI.
«El junqueral costero habla ganado al río unos 150 metros más allá de la línea de ribera: con la extracción de arena […] la playa, desapareció. Las crecientes del río, y sus posteriores bajantes, fueron depositando sobre el lecho removido toda suerte de camalotes y material aluvional, que dieron origen a la formación de juncales y pajonales; todo fue invadido por la maleza hasta el borde del canal de navegación». Esta descripción de Félix Rodríguez se publicó en el diario El Comercio del 12 de agosto de 1967.
A la altura del Km. 25,800 del canal de acceso al Luján surcaba el juncal una pequeña abra por donde se perdían, guiadas por una canaleta, las aguas pluviales que descendían por el «Callejón de Juanillo». (Diario El Comercio del 15 de julio de 1967). Tal era la antigua denominación de la calle Profesor Victoriano Montes, que desde 1968, por iniciativa del CVB, se llama Vito Dumas. Esta calle dividía una propiedad anegadiza, que llegaba hasta los mojones que demarcan la línea de ribera; pertenecía a la familia Pereda, y hoy a la Universidad de San Andrés.
El Callejón de Juanillo
Es probable que el Callejón de Juanillo se llamara así porque barranca arriba se encontraba la suerte de chacra entregada en 1580 por Juan de Garay a su hijo, también llamado Juan de Garay. «De las 65 chacras de 200 a 300 varas de frente por una legua de fondo, medida desde la barranca del río, que Juan de Garay reparte en 1580 a los adelantados que lo habían acompañado al Río de la Plata, dos pertenecen a la localidad de Punta Chica. La N° 64 le fue entregada a Pedro Hernández y comenzaba en la hoy calle Uruguay, límite entre San Isidro y San Fernando. La N° 65 le fue dada a Juan de Garay (h) y llegaba aproximadamente a la hoy calle Guido Spano de San Fernando», según documentación disponible en el Museo, Biblioteca y Archivo Histórico Municipal de San Isidro Dr. Horacio Beccar Varela. (1 vara = 0.866 metros, 1 legua = 5.196 metros). Cerca de la continuación de la actual calle Simón de Iriondo, el Callejón de Juanillo era quizá lindero entre estas dos chacras, comienzo de la historia de la localidad de Punta Chica, Victoria.