12. La flota de Cadet

Comunidad náutica, en esta ocasión les compartimos el decimoprimer fragmento del libro
“50 Aniversario del Club Veleros Barlovento”, «La flota de Cadet»

Esperamos que lo disfruten.

La flota de Cadet

Pero los chicos crecieron y el club decidió armar una flota de Cadet. Para ese entonces, en el YCA ya había diez Cadet. En la zona Rector Camou construía unos Cadet nacionales de madera; habrá realizado unos 30 barcos. El primero, el Equeko, fue para las hermanas Lassalle.

El primer instructor fue Daniel Albornoz. Nuevamente los socios Dannemann y Bortsusky hacen construir sendos Cadet para sus hijos. El club contará con diez Cadet, uno donado por la Marina.

Por nota del 28 de abril de 1976 a la Comisión, Alberto Lassalle y Alfredo Dannemann piden mayor apoyo para la clase Cadet, ya que se habían obtenido los primeros puestos en muchas fechas corridas en el país y el octavo puesto en el Campeonato Mundial de Cadet de Trieste.

Era una case que la FAY recién había oficializado como la continuación natural del Optimist. Norma y Claudia Lassalle se ofrecen voluntaria y gratuitamente a dar a los más chiquitos las primeras nociones de armado, puesta a punto y navegación.

Adrián Dannemann obtiene el Campeonato Argentino de Cadet en 1975 y 1977; sus tripulantes fueron respectivamente, Alejandro y Gerardo Bortsusky. El equipo compuesto por Pablo Campos (sobrino del famoso Manuel Campos) y Daniel Bortsusky fue campeón argentino de la clase en 1976.

A cargo de la lancha Piedra Buena, cuando todavía estaba la de chapa, Alfredo Dannemann realizó personalmente el apoyo al Campeonato Argentino de Cadet en noviembre de 1975. Alfredo era representante de la aerolínea sueca SAS; donó pasajes para las tripulaciones y para rifas, a fin de recaudar fondos para que los representantes del club pudieran viajar. El equipo de Cadet peleó siempre los primeros puestos, se verá luego reforzado con la incorporación de los hermanos Parada.

 

Todos a Barlovento

Por invitación del club se integra Marcos Casciola; comienza con el grupo de Penguin y luego se destacaría en 470 junto a Pablo Campos y Alejandro Bonsusky. Será también importante la flota de Finn. En el 75, Jorge Giménez Dixon nos represento en el Campeonato Sudamericano de la Clase Finn, que se corrió en St. Amaro, San Pablo, Brasil. Se integra un nutrido grupo de Snipe, a cargo del instructor Belisario Pérez, del cual participan Marcos Casciola y Juan Antonio Crespo, se incorpora luego Octavio Velez.

En 1975, Heriberto Romer corre con su Inti la Regata Montevideo – Rio Grande do Sul. Luego del doctor Jauregui, el curso Je patrón lo dicta gratuitamente, por varios años, el socio Jorge Federico Martínez Sacchi; al retirarse este, queda a cargo de Álvaro Sires. Las clases prácticas aún están a cargo de Hernán Biasotti.

En 1976 llega el profesor de náutica Roberto Laurence, quien propone hacer actividades deportivas complementarias con la náutica y donará un Optimist. Entre el 77 y el 78 la flota junior corrió más de 50 regatas.

Limbo 21 Orion – de Pedro Fiori

Como instructor de Optimist durante la temporada 79/80 ingresa, junto con su asistente Sergio Arqento, el profesor Roberto Vedani, que solía estimular la independencia de los chicos realizando campamentos en el club. Su hijo Mariano Vedani se destacará como timonel de la clase, junto con Pablo Suárez, German Campos y Adolfo Ernesto Mrongowius, formados también en el club.

En los 80 el club firma un acuerdo de reciprocidad con la Asociación de Veleristas de Alta Mar Trans Ocean, cuyo director de base era el socio Heriberto Romer. Así llegan veleros de otras banderas, como el Ksar de Jean Paul Basaggett y tantos otros. El club tendrá la permanente visita de muchos barcos extranjeros. Algunos tuvimos la suerte de compartir veladas a bordo de esas naves con olor a salitre, con un montón de cartas náuticas estibadas en enormes mesas de navegación cuando aún las estrellas eran guías mas confiables que el navegador satelital. Las anécdotas de sus viajes a la Antártida, a las Georgias, vueltas en campana, nacimientos a bordo, están en otros libros y en nuestro recuerdo. Hoy siguen siendo muchos los veleros, con familias enteras, que todos los años llegan para quedarse en las bahías del club, esperando los meses propicios para ir al sur.

 

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