6. Los hombres y sus obras

Comunidad náutica, en esta ocasión les compartimos el sexto fragmento del libro
“50 Aniversario del Club Veleros Barlovento”, «Los hombres y sus obras»

Esperamos que lo disfruten.

 

LOS HOMBRES Y SUS OBRAS

El Dr. Aldo R. Suárez -primer comodoro, luego de la reforma de los estatutos- propone reuniones de socios para integración y todos aportarán trabajo y gestión. Así, la Secretaría de Marina, por gestión del socio Alberto Beretta, dona una lancha de chapa, que el club bautizará Comandante Piedra Buena: será la primera lancha de apoyo y se destina a la comisión de Regatas.

En 1970 vuelve a entrar la draga MOP 252. Como fase previa a las nuevas labores de dragado de la bocana y del espejo de agua, se levanta una línea perimetral de albardones en las bahías noreste y noroeste, las que serán nuevamente conformadas, rectificadas y profundizadas, de acuerdo con el plan presentado y aprobado por la Dirección de Hidráulica de la Provincia.

Se rectificaron, se ampliaron y se perfilaron los taludes de las dársenas. Con el material de refutado se elevó a 3,30 metros la cota del futuro varadero, del quincho y del terreno noreste, frente al río Luján, donde luego se siembra césped y se plantan doscientas casuarinas y cuatro hileras de formio, para el arraigo de la tierra. Para proteger el terreno recién rellenado del varadero y en el límite con el Club Atlántico (hoy centro de exposiciones) se plantaron álamos y se colocó el alambrado. Esta vez, mediante la contratación de la draga -se cubrían los costos de combustible y jornales-, la península divisoria de bahías se convierte en isla, con dos funciones: cortar la marejada y servir como elemento decorativo. Fue una obra complicada, dirigida personalmente por el Ing. Carlos Damonte, el Dr. Aldo Suárez y el Sr. Alberto Lassalle.

 

Festejo del 18° Aniversario, Comodoro L. E. Simonet.

Hubo que coordinar el trabajo de una excavadora, la cual quedó volcada en el barro por tres meses. Se sigue la obra luego con una dragalina con orugas, que se desplazaba sobre durmientes hasta la isla; al retroceder, dragó el istmo. La isla se rellena a 2,30 metros sobre el cero; luego se le perfila y rectifica la costa, y se plantan ceibos y plantas autóctonas. Se termina en 1971. El juncal ya era parque. «Es necesario destacar la colaboración silenciosa y efectiva de un núcleo de asociados, quienes con verdadera vocación societaria han hecho posible muchas realizaciones». (Memoria y Balance 69/70).

 

Nota Revista Barcos N° 104

Luego del dragado se debe realizar nuevamente el tendido de amarras, por lo cual habían mandado a construir en la Boca, según proyecto y con la dirección del ingeniero Damonte, una balsa estanca que se usa, aún hoy, para la colocación y el arreglo de las amarras. Alberto Lassalle fue a buscar la balsa con la lancha Comandante Piedra Buena. La balsa era insumergible, por suerte, pues al volver de la Boca debió enfrentar una tormenta. Las cadenas se consiguieron siempre de desguace. En 1975, por dragado del puerto de Olivos, se conceden amarras de cortesía a socios del CNO y del YCO.

También hacen gestiones ante la Secretaría de Estado de Comunicaciones para dos licencias de equipo de radio de Banda Ciudadana, una para la sede, en la sala de náutica (L7 B81), y otra para la lancha de regatas (LQ2035), cuyo seguimiento estuvo a cargo del socio Enrique lvaldi. Lograda la correspondiente autorización para su empleo, efectúa la instalación el socio Mario Civitillo en 1976. Luego, en 1982, Rodolfo Fayó trae la nueva antena. Sería la segunda estación costera en la zona. La Comisión encarga el estudio de un plan rector para el desarrollo racional futuro del club a los socios arquitectos Carlos Ancarola y Antonio de Caro, quienes realizaron el croquis preliminar y lo presentaron desinteresadamente. Más adelante participarán también Marcos Winograd y Ángel María Genta. Se aprueba por asamblea extraordinaria de 1977.

Fundamentalmente se esbozaba una zonificación de sectores, proponiendo un crecimiento armónico sin entremezclar funciones. Incluía un sector de balneario con playa en la ribera del Luján, lo que luego sería inviable. Traen luego la propuesta de construir una tercera dársena, que el Comodoro Aldo Suárez aprueba y apoya.

Se ocupaban hasta de los mínimos detalles. H. Ferrara cuenta: «Enterados de que la Inspección General de Justicia daba un premio a la mejor memoria y balance del año, por su presentación, redacción y diseño, en cada asamblea nos esforzábamos por mejorarlas». Entonces colaboraba activamente en el control de los balances la socia activa Margarita Vázquez de Tenaglia. Organizaron, por esa época, una hermosa fiesta en los jardines. El catering fue tradicional comida sueca, debido al socio Alfredo Dannemann, quien era ejecutivo de la Línea Aérea Sueca SAS. Alfredo, inquieto, también tenía una orquesta de jazz, con la que se musicalizó la fiesta, todos guardan de recuerdo el casete Jazz en el Barlovento. Con esta orquesta, ofrecía un show en el Tren Histórico y Turístico que aún da servicio a Capilla del Señor, saliendo desde Lacroze.

 

BAHÍA MIRANDO AL SUDESTE; VARADERO AL NOROESTE

Entrará nuevamente la draga en 1978 para profundizar y limpiar las bahías y para dragar la bahía propuesta, al sudeste del predio; se debe esperar que termine el dragado en el vecino Club San Martín. Se tala parte del monte de sauce americano para usarlo en el enfajinado necesario para la formación de los taludes; el resto se vende en pie. Quedará la última línea de casuarinas como límite con el San Martín.

Queda así conformada, para 1979, una nueva dársena que tendrá unos 100 por 45 metros y una profundidad aproximada de 2,50 metros, cuya obra dirigió el ingeniero Damonte. Miguel López, del varadero, fue uno de los que colaboraron con los isleños que, con la madera del monte, enfajinaron la tierra de los taludes de la bahía.

La draga MOP 252, octubre 1978.

Desde el principio fue la bahía preferida de los barcos extranjeros que arribaban por el acuerdo de reciprocidad con la Asociación de Veleristas de Alta Mar Trans Ocean, en los años 80. Era un verdadero crisol de banderas. Sobre todo había franceses, con toda su familia, y hasta el perro.

Se organiza, en el área costera interna, un sector de parrillas y se construye una pileta para niños, de 11 por 4 metros, para iniciación en el aprendizaje y la práctica de la natación, otro de los deportes que estatutariamente tiene por finalidad apoyar el club. En verano colocarán cerca una de plástico para los más pequeños.

Se estructura, luego, un plan para reubicar el varadero en el ala noroeste del predio. En el proyecto para la construcción de la pluma grande participan activamente Luis O. Pedretti, Ángel M. Genta y Alberto Lassalle, quien se ocupó de la base y los pilotes para la pluma. Se contó con la asistencia de A. Bachelli, gerente general de Techint.

Galo Mateo González, arribando a la nueva bahía.

El ingeniero Luis O. Pedretti calcula y planifica la pluma grande del nuevo varadero, la cual se hará con rezagos que, junto con más cadenas, dona la Marina, y con tangones de desguace que A. Suárez va a buscar a ELMA, la que luego ofrece el cabrestante.

Otros elementos se adquieren en la Dirección General de Fabricaciones Militares. Se le agradece a Mario Kessler su colaboración en la nivelación del terreno del varadero, al que luego se le agrega pavimento articulado. Pronto llegará el tractor y se construirá un carretón. Se refuerza el alumbrado perimetral. Se hacen planos de los talleres de servicios generales que se deben presentar al municipio para su ejecución.

 

Se hará un reglamento de uso del varadero. Se contará con dos anguileras metálicas rodantes.

El nuevo varadero queda operativo desde 1979; se agrega allí un muelle y el tablestacado para defensa de la costa. También por esa época se empezaron a armar los talleres y a completar más dependencias. Llegan a colaborar en las tareas de varadero, amarras y mantenimiento Víctor y ‘Charli` Charles Mengeon, quien luego trae a su hijo ‘Nano’, hoy encargado del pañol de la escuela junior. En mantenimiento, los hermanos Fernández, Ricardo y Jorge, los hermanos López, Aníbal, Hugo y Domingo, y Santiago Navarro.

Cuando el monte ya no estaba, varios socios solicitan por carta la ampliación de la pileta, para lo cual se arma una subcomisión a tal efecto con amplias facultades. La nueva y hermosa pileta, que orgullosa exhibe el gallardete insignia de la institución en su fondo, será inaugurada para la temporada 1980/81, con sombrillas, reposeras y sillas plegables, todo incluido. En 1984, mejorarán las instalaciones y la calidad de su agua.

Junto a ella arman una cancha de fútbol, que el personal usaba en la semana, luego de la jornada de trabajo, hasta que llegó el dragado de la cuarta bahía allá por el 86. La vida del club se seguirá intensificando, las modificaciones surgirán espontáneas, mientras la comisión planifica seguir el plan rector.

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